Al cumplirse casi un mes de alcanzar la cumbre del Elbrus, celebramos un momento único como lo fue llegar a la máxima altura de Europa. A continuación compartimos las fotos de los expedicionarios y el relato de un sueño cumplido. Elbrus, crónica de un sueño de montaña Comenzaré este relato del viaje a Rusia hablando acerca de su gente. Si bien fue una experiencia de montañismo, me es imposible comenzar sin ese pilar que determinó esta vivencia inolvidable que fue subir montañas en la cordillera del Cáucaso. Los rusos son gente hermética, pero a la vez muy cálida y hospitalaria, conscientes de su inmenso y poderoso país pero también de la crisis post soviética en la que aún persisten. Es posible que aún tengan un largo camino por recorrer para salir de esa crisis, pero seguramente será un granito de arena que ayudará a la recuperación seguir mostrando sus montañas al mundo de la manera que nos las mostraron a nosotros, a un grupo de seis argentinos ilusionados con escalar ese gigante al que sólo conocíamos de fotos y relatos. Nuestro enlace local de habla hispana, Elizabeta y nuestro guía de montaña, Andrei son rusos de San Petersburgo. Ellos viajan cada temporada más de 2.500 Kms de ruta entre su ciudad y el Cáucaso para dedicarse a lo que les apasiona, asistir a expediciones de montañismo en el cordón del Cáucaso. Allá lejos, en los confines de Europa donde sus límites continentales la separan de Asia. En lo personal, alcanzar la cumbre del Elbrus fue un sueño cumplido, nada más y nada menos. Seguramente también lo fue para la mayoría de mis compañeros de grupo, pero en mi caso me refiero especialmente a un sueño que volví a recordar en estos días, ya de regreso en Buenos Aires. Volví a
Al cumplirse casi un mes de alcanzar la cumbre del Elbrus, celebramos un momento único como lo fue llegar a la máxima altura de Europa. A continuación compartimos las fotos de los expedicionarios y el relato de un sueño cumplido. Elbrus, crónica de un sueño de montaña Comenzaré este relato del viaje a Rusia hablando