Montañismo para corredores – Desafío en las alturas.

Montañismo en Aconcagua

Para los amantes del running y el montañismo la aventura, la adrenalina, convivir con la naturaleza y el gran esfuerzo que plantea cada carrera o expedición son algunas de las motivaciones que llevan a entrenarse metódicamente para vivir desafíos inolvidables.

Carreras como los 42K de calle o montaña y las llamadas “trail running” non stop de largas distancias en todo terreno como los Ultramaratones tienen un desgaste físico similar al de una expedición de montaña. Claro que salvando las distancias en cuanto a experiencia previa, aclimatación en altura y equipo técnico. Este tipo de carreras muchas veces son más mentales que físicas y lo mismo ocurre con el desafío que implica subir una montaña. Es por eso que la práctica de montañismo sería un desafío más que interesante para los fanáticos del Trail running y las carreras de aventura.

El montañismo es un deporte, y como tal requiere preparación previa para practicarlo. Más allá que la gran mayoría lo haga con fines recreativos y el ámbito en el que se realiza sea de una belleza impactante, no debe confundirse este deporte con una práctica turística. Tampoco es una carrera de aventura, ya que los riesgos aquí son reales y la cumbre no es la meta final, sino la mitad del camino recorrido. Uno realmente festeja “su cumbre” cuando llega sano y salvo al Campamento. Abrazarse con amigos en la cumbre y festejar el “Tercer Tiempo” en el campamento base o al regreso en una parrilla, es la mejor medalla de Finisher que uno puede ganar!

La práctica de montañismo no es turismo desde el momento en que existen riesgos objetivos si uno lo practica sin haberse preparado adecuadamente ni con la guía de especialistas, tanto en las semanas previas como en la montaña. Esto último aplica especialmente a quienes sólo lo practican en su tiempo libre (vacaciones y recreación). Es decir lo hacen con una frecuencia mucho menor que quienes se dedican profesionalmente al montañismo, como los guías de montaña por ejemplo. Por ello la práctica con fines recreativos requiere la orientación, asesoramiento y guía de especialistas para que sea una experiencia segura y plena.

El montañismo es un estilo de vida o cable a tierra que el hombre practica para superar el stress y la falta de actividad física a la que hoy nos lleva la vida rutinaria de las grandes ciudades. Quien practique montañismo tiene que comprender la importancia del entrenamiento como una preparación integral. La resistencia aeróbica, la fuerza, la flexibilidad, voluntad, disciplina y descanso son algunos de los elementos fundamentales a tener en cuenta en el entrenamiento para montañismo. Teniendo en cuenta el análisis de los movimientos y los requerimientos energéticos utilizados, desde el enfoque deportivo podemos definir al montañismo como una “actividad de resistencia general de gran fondo”. De modo que el deportista que se inicie en montañismo debería centrar su preparación física en mejorar su resistencia aeróbica y complementarla con un buen desarrollo de la fuerza de resistencia.

Este concepto de concebir al montañismo como una experiencia deportiva que empieza meses antes en la ciudad de residencia de quien lo practicará es lo que llamamos Montañismo Total. Con esta concepción, además de no considerarlo turismo sino deporte, también unimos indefectiblemente al concepto de montañismo el entrenamiento y la preparación previa.

Por Alejandro Routurou y Gonzalo Sayavedra
Del Equipo de ANTIS Outdoor

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