Entre el Ecuador y el Trópico de Capricornio, en el paralelo 9º vivimos esta intensa aventura de alta montaña
Ya estábamos en la famosa Cordillera Blanca. Y ya era hora de subir los 6.034 metros del Tocllaraju
Nevado Tocllaraju del Perú ¿te ha pasado? Eso de vivir en un momento de tu vida en el que te atreves a vivir aventuras que en otro momento te parecería casi imposible.
Y luego, el tiempo y las responsabilidades te llevan por caminos más seguros en los que aventurarte a lo desconocido, a lo nuevo, parece lejano y ajeno a tu realidad.
Cuando uno piensa en montaña, viene a la mente la palabra “riesgo” y luego la duda: “¿yo podría hacer algo así?”.
Es que nuestra mente suele irse a los extremos.
Pareciera ser que la sensatez no tiene lugar en el montañismo, cuando en realidad es todo lo contrario: la prudencia a la hora de asumir riesgos, es lo que te lleva a la próxima montaña, entonces… ¿Por qué arriesgarse más de la cuenta?
Pero en ese entonces era 2005, y en ese instante, me veía capaz de todo y no había cuestionamientos.
Una etapa de autonomía total y sin responsabilidades. Ese año había decidido intentar mi primera escalada en hielo con mi gran hermano de montañismo Nacho Lucero (alguien con una historia increíble).
Elegimos escalar en la gran Cordillera Blanca, Perú. La cordillera tropical nevada más alta del mundo.
Hacia allí partimos.
Fotos de Gonzalo Sayavedra escalando en el Tocllaraju (6034m)
Estábamos en la Quebrada de Ishinca a 5530 msnm apuntando al Tocllaraju a 6.034 metros de altura. Este nevado es uno de las grandes cumbres de esta cordillera y su ascenso atraviesa grietas, sectores verticales y lugares donde es imprescindible el uso de cuerdas.
Subiríamos sin guías locales y teníamos muy poca información del lugar. Pero con Nacho conformábamos una cordada con personalidades complementarias Nacho era el experto y algo temerario, yo el aficionado y un poco más cauto.
Yo nunca había escalado en hielo pero sí en roca. Y como tienen algunas similitudes en el equipamiento utilizado, ya contaba con una buena base para asimilar rápidamente las técnicas necesarias.
Nacho iba a ir al frente primereando las vías.
Pero justo antes de partir, él me propuso un desafío extra: ir por una ruta casi vertical. Era la más vertical de todas las vías y con un nivel de pendiente muy sostenido, toda de hielo y con zonas de descarga de avalanchas.
Me pareció una locura.
Así que le propuse subir por la vía normal que si bien iba a ser un ascenso técnico, era más accesible que la vía vertical. La vía normal sólo presentaba verticalidad en hielo por tramos. Y también rimayas y grietas.
Pero tenía a favor una menor probabilidad de avalanchas.
Y así lo hicimos.
Fue una ruta técnicamente exigida para mi nivel, y así fue como viví una de las escaladas más bellas e intensas de mi vida.
Atesoro esa aventura como una de las más excitantes que he vivido. Ver la cordillera blanca desde arriba es impresionante: cumbres escarpadas de acceso técnico por doquier. Un universo de bloques de hielo, montañas y picos hasta donde la vista alcanza a ver.
Imágenes de escaladas de Gonzalo e Ignacio en la cordillera Blanca del Perú
Es un lugar mágico, de esos que dicen que hay que ir una vez en la vida. Pero yo algún día volveré.
Porque estoy convencido de que la confianza en uno mismo te devuelve a esos lugares con los que soñás, te ayuda a entender que todo es posible.
Y – como en aquel entonces – iré dispuesto a vivir una experiencia en comunión con la montaña. Donde la atención plena se combina con un estado intenso de fluidez total.
En aquella época terminé de entender que mi vida estaba allí, entre montañas y volcanes.
Porque en las alturas solo es posible vivir en presente, no hay otra opción. Tu atención debe estar puesta 100% en cada segundo, cada milésima de segundo.
Eso lo hace una experiencia maravillosa.
Finalmente, decidí ir por un sueño postergado: dedicarme de lleno al montañismo. Como deporte, pasión y trabajo. Estaba seguro de que podía crear formas innovadoras de acercar más personas a la montaña.
Asi nació ANTIS Outdoor, una empresa 100% dedicada al trekking, expediciones y cursos de escalada. Con el tiempo entendí cómo lograr que más personas se acercaran a la montaña para descubrir experiencias que solo se viven en ellas.
Hoy, si tuviera que recomendarte una montaña para probar tus sensaciones, conocer vistas espectaculares y ganar confianza en vos mismo/a, te recomendaría Leoncito (5.290 m) ubicada en el Cordón del Tigre, Uspallata, Mendoza donde es posible hacer montañismo de exploración.







