El que sigue es un extracto del relato de Francisco cuando alcanzaba la cumbre más alta del continente africano, expedición que tuvo lugar en enero de 2010.
«A medida que me acercaba a Uhuru Peak (el punto más alto del volcán) aumentaba la emoción -relató-. El ataque a la cumbre fue desde Barafu Camp (4.600 m) a la 1 de la madrugada. La luna llena iluminaba el camino, no hizo falta usar las linternas. Es un paisaje difícil de explicar… La luz de la luna reflejada en la nieve y los primero rayos del sol acariciando el suelo africano». Llegaron a la cima al alba, con mucho viento y frío. Recorrieron el cráter del volcán y emprendieron el regreso.
«Esta vivencia quedará grabada en mí por siempre”
Javier Martínez L. para La Gaceta






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