
El Kilimanjaro es la montaña más alta de África y está al nordeste de Tanzania, desde que fue descubierta para el mundo occidental, a mediados del siglo XIX, no ha dejado de ejercer
una atracción especial a toda clase de montañeros y senderistas. Cada año unas 20.000
personas intentan llegar a su cima, el Uhuru Peak, pero las estadísticas dicen que sólo el 40 % alcanzan este objetivo.
Con mi hijo Ari , nos planteamos la aventura de intentarlo este verano, así que armamos nuestra agenda que incluía 1) el trekking del Kilimanjaro como plato fuerte, 2) más unos safaris por los Parques y reservas del lake Manyara, Ngorongoro cráter y Masai Mara y 3) un par de días iniciales en las playas de Zanzíbar, donde tomamos un curso de buceo, en el que me gradué como buzo (espectacular experiencia!).
El Kilimanjaro tiene tres volcanes inactivos, el más emblemático es el Kibo en el centro, que
es el que conserva los famosos campos de hielo que decrecen de manera alarmante cada año. Su punto más alto es el pico Uhuru (5.895 m).
Cuando lo vimos dijimos lo mismo: “¿Ahí tenemos que subir? ” (Similar a la primera vez que
uno se plantea una maratón o cualquier desafío en la vida). Tal vez el Kili no exista, quizá
sólo sea un sueño pegado con photoshop. ¿Quién puede creerse que en mitad de la sabana
exista un volcán de 5.900 metros de altura con la cima cubierta de nieve?
Daniel Sabat
expedicionario
Kilimanjaro enero de 2013






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