Ascenso invernal al cerro Las Leñas ( 4.234 msnm ) y descenso en snowboard
cerro Las Leñas, Andes del sur de Mendoza

Cerro Las Leñas

En el invierno de 2003 vivimos una experiencia intensa en el corazón de los Andes de Malargüe en los alrededores del centro de esquí.

Aquella temporada llegamos a Las Leñas con una energía mental que debíamos canalizar, y sólo sería posible con un descenso en snowboard sobre las laderas de una montaña. Cuál? qué mejor que la enorme «proa de barco» la impresionante vista de la cumbre del cerro Las Leñas desde el centro de esquí. El morro de la cumbre se destaca cerrando el valle, a la derecha y al fondo.

El 12 de julio a última hora de la tarde y con mochilas y snowboards a la espalda, nos encaminamos con Nacho hacia la base del cerro Las Leñas para armar carpa y pasar la noche allí, esto nos permitiría empezar el ascenso al otro día desde muy temprano por la mañana. Varios contratiempos y dificultades nos mantuvieron atentos durante las 1ras horas de ascenso. Luego de remontar las 1ras faldas totalmente cubiertas de nieve con raquetas, llegamos al «Filo de Yeso» donde lo sorteamos para pasarnos hacia la otra cara de la montaña. Casi inmediatamente nos encontramos con un estrechísimo paso de cornisa sobre un desfiladero de casi 100 metros que nos obligó a sortearlo con unos pasos de escalada en travesía hacia una falda más transitable.

Continuamos progresando luego con una travesía que preventivamente buscaba las faldas con inclinación sin riesgo de avalancha…estaba calentándose el ambiente con el sol de media mañana y era mejor prevenir que curar..Todo transcurrió sin sobresaltos hasta los 4.000 mts aproximadamente.

Allá solos y aproximándonos hacia la cumbre, encontramos que la nieve dejaba paso a las piedras en el último tramo hacia la cumbre. Era ya pasado el medio día y necesitábamos la mayor luz de día posible para la etapa de descenso en snowboard. Por eso decidimos comenzar a descender, al fin y al cabo no vinimos por la cumbre sino por el descenso en snowboard sobre la nieve virgen de las faldas de esta montaña. Apenas comenzamos exultantes y eufóricos por el increíble entorno, pasó lo que no esperábamos, el canto de mi snowboard se atascó en la nieve virgen por la velocidad y euforia del comienzo que me distrajeron de mantener el equilibrio en movimiento que demanadaba el sobrepeso de mi mochila en la espalda. El resultado, el atasco me catapultó en un perfecto «flip-flap» es decir una rotación de 360 º alrededor de un eje imaginario en mi centro de gravedad..con tabla de snowboard y mochila puestas. Al caer y recuperarme de semejante imprevisto lo 1º que hice fue chequear si no me había roto algo para luego mirarlo a Nacho que no paraba de decirme «qué caída! lástima no te saqué una foto para mostrarte fue increíble!». Increíble fue que no me rompiera la rodilla, en su lugar se me hinchó como una pelota, pero el dolor y la hematoma eran tolerables para continuar el descenso. Estábamos al comienzo! y nos esperaban varias horas cuesta abajo antes de terminar el día.

El fin de la jornada nos encontró ya de noche, totalmente a oscuras y aún deslizándonos por la quebrada que nos llevaría hacia el valle. Con linternas frontales, y en cuclillas sobre los snowboards para paliar el agotamiento en las piernas aún nos quedaba energía con Nacho para gritarnos a la distancia. En medio de la oscuridad nos manteníamos atentos para continuar sobre la izquierda de la quebrada ya que recordábamos perfectamente una hondonada sobre la derecha a la que no debíamos acercarnos por el riesgo de caída.

Así llegamos agotados a las residencias de personal de Las Leñas donde casi no nos alcanza para cenar antes del sueño reparador y el corazón contento y satisfecho de aventura..al menos por esa noche.

Gonzalo Sayavedra, ANTISoutdoor Bs.As

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